El Hogar Residencia Lluïsa Oller ha acogido a 19 personas de 8 entidades desde noviembre para evitar brotes de contagios en sus espacios. Ahora el equipamiento vuelve a quedar vacío a la espera de que se concierten las plazas para ofrecer el servicio de Hogar Residencia.
El Hogar Residencia Lluïsa Oller, situada en Cardedeu (Barcelona), se convirtió en noviembre en un dispositivo de atención a personas con discapacidad contagiadas de la Covidien-19 a petición del departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, y el Departamento de Salud. Cinco meses después, y con el plan de vacunación prácticamente al 100% los equipamientos residenciales, el departamento ha decidido finalizar el servicio.
El objetivo del dispositivo era evitar brotes de contagio a los equipamientos residenciales y garantizar una cuarentena en un entorno acogedor para estas personas. Desde Cardedeu, se ha dado cobertura a toda la Región Metropolitana Norte y se han atendido un total de 19 personas provenientes de 8 entidades.
El hogar, con capacidad para atender a 10 personas en habitaciones individuales, ha contado con un equipo formado por profesionales de la integración social, atención a la dependencia, trabajo social y psicología, así como auxiliares clínicos.
Las personas residentes han recibido atención sanitaria y han disfrutado de actividades y talleres. El espacio, que cuenta con una gran zona de jardín, ha podido ofrecer un entorno acogedor para hacer la cuarentena lo más agradable posible.
Alba Domínguez, coordinadora de los servicios de vivienda de la Fundación Luisa Oller: "Poder abrir este dispositivo y ayudar a las personas ya las entidades ha sido un inmenso placer. Las personas que han pasado han sido muy felices y se han sentido muy acogidas. Hemos conseguido que estos días pasaran de ser angustiosos, de aislamiento y soledad, hacerlas sentir acompañadas, entretenidas y en un ambiente alegre y distendido. Trabajamos por el bienestar de las personas sea cual sea la realidad del momento ".
Ahora el equipamiento, que estaba pendiente de recibir la concertación de plazas para poder ofrecer el servicio de Hogar Residencia, ha vuelto a quedar vacío y sin noticias de cuándo podrá poner en marcha el servicio. Actualmente, y según datos propios de la Generalitat, más de 3.250 personas con discapacidad en Cataluña quedan a la espera de una plaza residencial para poder vivir, una larga lista de espera que, en algunos casos, llega a demoras de hasta 10 años.