La Fundación Viver de Bell-lugar junto con la Asociación Santo Tomás, han participado en un proyecto piloto que pretende que las personas con discapacidad intelectual, con problemas de salud mental o con trastorno del espectro autista que trabajan en centros especiales de trabajo y empresas de inserción puedan obtener una acreditación de sus competencias a partir de una certificación profesional de nivel 1 y, así, facilitar su acceso al mercado de trabajo.
Son personas ocupadas, que están formadas y tienen experiencia profesional, pero que no disponen de una acreditación oficial, lo que les dificulta poder demostrar su calificación.
Esta ha sido la primera vez en España que personas con diversidad funcional participan en este tipo de proceso y la experiencia ha resultado ser muy positiva tanto para los aspirantes como para los profesionales y las profesionales que han participado.
Durante el año 2018 se constituyó un grupo de trabajo integrado por entidades representativas de las personas con discapacidad intelectual (DINCAT, Asociación Empresarial de Economía Social, AMMFEINA y Asociación APRENDEMOS) y, por parte de la Administración de la Generalidad : el Servicio Público de Empleo de Cataluña, el Consorcio para la Formación Continua de Cataluña y la Dirección General de Economía Social, el Tercer Sector, las Cooperativas y el Autoempresa. La prueba piloto se inició a principios de 2019.
En julio culminó este proceso de acreditación de competencias profesionales adquiridas por la experiencia laboral con la fase de evaluación de las competencias profesionales a ocho personas trabajadoras de Centro Especial de Trabajo de la Fundación Viver de Bell-lugar. El objetivo era acreditar las unidades de competencia correspondientes a la calificación AGA164_1 Actividades auxiliares en viveros, jardines y centros de jardinería. El resultado de las evaluaciones ha sido satisfactorio y las ocho personas trabajadoras han conseguido acreditar sus competencias profesionales y su experiencia laboral.
Adaptar sin rebajar exigencias
Se han llevado a cabo una serie de adaptaciones en la fase de acreditación para mejorar el acompañamiento de estos trabajadores en el proceso de acreditación sin modificar el grado de exigencia definido para cualquier persona trabajadora. En primer lugar, para evitar expectativas frustradas, se han seleccionado los trabajadores candidatos y los equipos de atención psicosocial de las entidades han valorado los criterios de la evaluación y el perfil de los candidatos.
Paralelamente, se ha potenciado la implicación de los profesionales del sector y se les ha habilitado como informadores, orientadores, asesores o evaluadores del procedimiento de acreditación de competencias profesionales a través del curso gestionado por el Instituto Catalán de Calificaciones Profesionales .