Jordi Martí es el actual propietario de Granjas del Montseny, una empresa familiar creada en 1958, con más de 50 años de trayectoria que ya hace muchos años que confía en el equipo humano de Viver de Bell-lloc. Su actividad es la producción, venta y distribución de huevos para supermercados y tiendas.
¿Cómo conoció Viver de Bell-lloc?
Cuando Vivero comenzó a implantar su proyecto de agricultura y producción de huevos ecológicos, nosotros como granjeros de la zona hicimos algún encuentro para compartir conocimientos e inquietudes.
A Granjas del Montseny envasàvem huevos para diferentes empresas y cadenas de supermercados, y al cabo de un tiempo se decidió que esta tarea la pasara a hacer un grupo de personas de Viver de Bell-lloc, que se incorporaron a trabajar en las instalaciones de la empresa.
¿Qué hace actualmente Viver de Bell-lloc para tu empresa?
Actualmente el procedimiento de envasado se hace desde las propias instalaciones de Viver de Bell-lloc. Allí reciben el género que han de envasar para preparar los pedidos. Tenemos 250 clientes que se sirven dos veces por semana, la tarea va más allá de envasar, deben ajustarse a los pedidos y tener en mente las características de cada cliente, porque tenemos cuatro envases diferentes.
Había dudas o miedos al principio?
La verdad es que en todo momento estuvimos muy guiados por Jordi Valls y Carlos Sopeña. Lo más traumático era que se trataba de una empresa muy familiar donde de golpe entraba un grupo de personas, independientemente de la discapacidad. Por lo tanto, hubo un tiempo de adaptación.
De entrada hay una cierta dificultad para coger el ritmo, pero una vez aprendido, la constancia es absoluta. Pueden hacer un trabajo igual que otra persona, y con un resultado incluso mejor en cuanto a ambiente de trabajo.
Tener siempre una persona de referencia es el que más confianza nos da del trabajo con Viver de Bell-lloc.
¿Qué destacarías pues, de trabajar con Viver de Bell-lloc?
Esto funciona para la empuja de todas las personas que se cruzan el proyecto. El nivel de implicación no tiene nada que ver con lo que veo con otras empresas convencionales con las que trabajo. También se nota la organización, si no fuera, los equipos no funcionarían.
Todo el mundo tiene sus dificultades, pero para mí es un privilegio trabajar con personas de Viver de Bell-lloc. No hay voces más dobles intenciones, el ambiente es increíble.
Con el tiempo hemos generado una gran relación, con un quid pro quo que sobrepasa lo puramente empresarial. Yo haría lo que fuera por el Vivero porque me han dado mucho.
¿Qué le dirías a un empresario que se plantee la contratación de servicios realizados por personas con discapacidad o trastorno de la salud mental.
Que hay centros especiales de trabajo perfectamente cualificados para realizar muchas tareas, y en el caso de Viver de Bell-lloc, la entidad siempre valorará si puede o no realizar una tarea antes de aceptarla, y eso te da mucha garantía.
Los rendimientos de los trabajos son espectaculares. Hay que focalizar cada persona allí donde puede sacar el máximo de su potencial.
Por qué contratar Viver de Bell-lloc?
A todo el mundo le gusta ponerse el sello de la inclusión pero no todo el mundo lo trata con la misma finalidad. En nuestro caso, trabajamos con Viver de Bell-lloc porque los consideramos especialistas en las tareas de envasado que realizan, ya esto se le suma que es una empresa que generan oportunidades laborales para personas en riesgo de exclusión.