La comarca, sinónimo de marca, tierra fronteriza, en Cataluña es ya una realidad en el siglo XII. Su extensión corresponde a la distancia que puede hacer un hombre, a pie oa caballo, durante una jornada en un trayecto de ida y vuelta y se origina siempre en torno un mercado central. En Granollers, la capital del Vallès Oriental, se conserva en perfecto estado de uso, la emblemática Porxada, donde cada jueves del año, todavía hay mercado.
En Cataluña la población se distribuye de manera desigual a lo largo del territorio. Conviven dos realidades bastante diferenciadas: una región metropolitana (Barcelona) que ocupa un 10% del territorio y donde viven dos terceras partes de la población y, una Cataluña comarcal, que ocupa el 90% del territorio y donde vive la otra tercera parte de la población.La comarca es un ejemplo de articulación territorial, de abajo arriba, y aunque actualmente tiene poco relieve político, como centro de relaciones y servicios administrativos tiene aún hoy en día una función determinante.
De la comarca se dice que tiene un tamaño humana.Si bien es cierto que la distribución territorial es desigual, también es cierto que en Cataluña conviven dos demarcaciones territoriales que tienen sus fundamentos en dos visiones distintas, y que una es importada (la división provincial) y la otra autóctona (la configuración comarcal). La provincia, tiene sus orígenes en el Imperio Romano y se aplicaba a los territorios que se iban anexionando (parece ser que la palabra viene de proveníamos, aunque hay quien también defiende que viene de Province). En todo caso, la provincia se refiere siempre a una metrópoli (capital) y su delimitación es hecha de arriba abajo, desde la mesa de un despacho.
En Cataluña, la actual división provincial fue instaurada en 1833 por Javier de Burgos, y es heredera de la división territorial que de acuerdo con el modelo francés (prefecturas y subprefecturas) estableció en 1810, durante la ocupación francesa, José Bonaparte.
Si la comarca tiene esta función aglutinadora, de nudo de relaciones y generadora de red, no es extraño que el desarrollo de nuestra entidad haya ido estrechamente ligado. la misión del Viver de Bell-lloc es promover el crecimiento personal y la inclusión social y laboral de personas con discapacidad intelectual o trastorno mental severo de la comarca del Vallés Oriental. La comarca, es pues, nuestro marco de actuación. En justa correspondencia, la comarca nos da todo el apoyo para realizar nuestra labor.
En nuestro caso concreto, el desarrollo del Viver de Bell-lloc ha sido históricamente vinculado a la comarca del Vallés Oriental a través de lo que a nosotros nos gusta definir como arraigo en el territorio. En la comarca todo se hace cercano, todo está al alcance, la administración local, el mundo asociativo, el mundo empresarial.
A principios de la década de los 90, constatamos que sólo con elactividad viverista no podríamos responder a las necesidades de la comarca, ya que yendo muy bien no podíamos pasar de los 10 puestos de trabajo, por lo que teníamos que generar una nueva línea productiva que nos permitiera mayor empleo. Esta línea fue la jardinería. Para el efecto mimético que tiene la capitalidad, bastó a ganar la confianza del Ayuntamiento de Granollers, que en 1991 nos confió el primer mantenimiento de jardinería. Gracias a este impulso inicial, pronto conseguimos trabajos a otros municipios, empezando por Cardedeu, donde tenemos nuestra sede, y ampliando al resto de municipios (La Garriga, Les Franqueses, la Almendra, Sant Pere de Vilamajor, Montornès, Montmeló, Bigues i Riells, Lliçà, Paredes, Cànoves, etc.) así como empresas del territorio (estación de tratamiento de agua potable de Cardedeu, ATLL).
Actualmente somos una empresa de jardinería referente a la comarca y esta actividad nos ha permitido abrir nuevos caminos y generar nuevas aventuras como ha sido nuestro proyecto de la Tavella (Producción y comercialización de agricultura ecológica), iniciado en 2006 y compartido, desde 2012, con elAsociación Santo Tomás de Osona.
Si bien a lo largo de nuestra historia hemos contado con la complicidad de las administraciones públicas, actualmente un nuevo aliado está ganando terreno: el mundo empresarial local. En un momento en que la capacidad de la administración se ha visto debilitada debido a la crisis, el mundo empresarial ha dado un paso adelante a partir de la responsabilidad social corporativa y de otras fórmulas de colaboración.
Artículo de Manuel Palou y Sierra, Vicepresidente de la Fundación Viver de Bell-lloc, aparecido en la revista estallido.