La Dra. Rosana Lubelza da herramientas de conocimiento, estrategias de actuación y claves para entender lo que puede pasarle a un trabajador oa un equipo del Centro Especial de Trabajo de Viver de Bell-lloc. Aquí recoge su visión de la importancia de apoyar a los que apoyan.
Hace ya más de 20 años, Luisa Oller y Manuel Palou tomamos contacto conmigo. La Sra. Oller me conocía porque, en ese momento yo era psiquiatra en el CSMA de Granollers, había visitado a un trabajador del Vivero.
La demanda que me hicieron, era apoyar al equipo de profesionales del centro especial de trabajo. El trabajo con grupos siempre me ha interesado y me he formado prolíficamente; sin embargo, como ante todo nuevo proyecto, me asaltaron el temor y las dudas sobre si lo sabría hacer. El convencimiento de mis interlocutores y mi deseo de meterme en esta aventura fueron los ingredientes definitivos. Acepté el reto con ilusión. Este viaje aún continúa, con el mismo entusiasmo que el primer día, con mucha más experiencia y con una mochila llena de agradecimiento y afecto hacia todos los profesionales junto a los que he hecho camino.
¿Qué hago?
Mi trabajo consiste en dar herramientas de conocimiento, estrategias de actuación y claves para entender lo que puede pasarle a un trabajador oa un equipo del CET. También, y muy importante, que le puede provocar aquella situación al encargado, monitor, profesional de apoyo o formador.
Podríamos preguntarnos si esta tarea de "apoyar a los que apoyan" es prescindible, o bien se puede aprender siguiendo algún manual o protocolo. La respuesta es un no rotundo.
Porque es necesaria?
Trabajar con personas es complejo, cada uno es único e irrepetible, esto conlleva la gran riqueza de las relaciones humanas, pero también la gran dificultad. Hay circunstancias que aumentan aún más esta complejidad.
Analizamos algunas situaciones:
déficits cognitivos
Vivimos en un mundo con poca tolerancia hacia la diferencia, hacia las discapacidades, hacia las dificultades del orden que sean. Por lo tanto, se hace difícil aprender y comprender cómo relacionarnos con otro que quizás no nos entiende demasiado, o que le cuesta hacer las cosas o, incluso, le es casi imposible manejar autónomamente con la vida cotidiana.
Alteraciones en la personalidad
La personalidad se forma desde que somos muy pequeños. Está muy influenciada por los hechos biográficos que vivimos y el entorno psicosocial que nos rodea.
Por lo tanto, personas que han tenido infancias difíciles, entornos duros, carencias afectivas o tratos inadecuados, pueden tener una estructura de personalidad fracturada. Cómo será hacer frente al día a día, cuando nuestra armadura básica no se ha construido bien?
Trastornos de la salud mental
La enfermedad mental marca un dominio absoluto de la subjetividad sobre la vida, sin poderla equilibrar o neutralizar con la objetividad.
Bienvenida sea la subjetividad, que nos hace especiales, sensibles, creativos, artísticos ...
Todos hemos vivido algún momento de angustia o de tristeza, en que este sentimiento, intenso y doloroso, nos impide ver salidas, ver más allá de nuestro sufrimiento. Cuando la angustia, la tristeza, la interpretación de los hechos de la vida, no tienen contrapunto, la persona con enfermedad mental se ve avocada a un pozo de soledad y sufrimiento.
Y si además ...
Estas situaciones coinciden en una misma persona, y si además, en el intento de olvidar el malestar añade consumo de sustancias ... Quizás nos acercamos al motivo de mi no rotundo de unas líneas anteriores: no se puede trabajar con personas con diversidad de dificultades, sin tener un apoyo, una especie de guía adaptada y diferente para cada persona, cada situación o cada dinámica grupal. Sólo el debate y el intercambio entre los profesionales implicados y, el abordaje del caso por caso, nos ayuda a avanzar.
Como lo hacemos?
A diferencia de otros momentos de mi actividad profesional, yo no trabajo directamente con las personas usuarias del centro. El foco en la tarea que llevo a cabo a Bell.lloc está en los profesionales que trabajan y las dificultades con las que ellos tienen que lidiar.
Nos organizamos en dos tipos de reunión:
Reunión en grupo pequeño
El equipo del área social organiza el calendario anual con equipos de trabajo que comparten tareas y personas usuarias. Estos encuentros tienen una frecuencia quincenal. Participan los miembros del equipo que expondrá sus dudas y dificultades y, también miembros del área social y profesionales en prácticas.
Las temáticas pueden transcurrir desde el caso individual, hasta la dinámica grupal de un equipo, prestando especial atención a las dificultades que más le preocupan al profesional responsable. Estas reuniones en grupo, favorecen la colaboración y el intercambio, desde las particulares subjetividades de cada uno. Unos ven aspectos que quizás a otros les han pasado desapercibidos. También, y muy interesante, las respuestas y habilidades ante un conflicto son diversas y, en este encuentro se pueden compartir con enriquecimiento para todos.
Mi función parecería más la de una directora de orquesta. Los instrumentos los tocan los compañeros que trabajan. A mí me corresponde ayudar a entender las causas que provocan un sonido desafinado y también a mejorar la ejecución para que finalmente el concierto suene armónico y satisfactorio.
Reunión en grupo grande
Hacemos tres al año y todo el mundo está convocado. En este caso el acento está puesto en la formación. Cada sesión gira en torno a un tema escogido de entre un listado de propuestas sugeridas por los trabajadores del centro.
Son sesiones de dos horas, donde intento combinar teoría y práctica. Hay conceptos e informaciones teóricas que deben aportar apoyo a la práctica de cada día. No hacemos teoría desconectada del trabajo cotidiano.
El gran grupo no sólo plantea preguntas, que siempre abren vías de investigación interesantes, sino que expone y profundiza ejemplos reales que corresponden a los temas abordados.
Otro aspecto valioso del grupo mayor es el conocimiento entre profesionales del centro que realizan tareas muy diferentes. Muchos de ellos tienen contacto con las mismas personas usuarias. Por ejemplo, el equipo del hogar residencia y el equipo de una actividad laboral determinada. O también, los equipos del área de gestión productiva y el de formación ...
Si retomo el modelo de la comparación metafórica, aquí, diría que mi función se corresponde a la de una coreógrafa. Ésta, por años de experiencia y formación, puede enseñar algunos pasos a sus bailarines. Después la coreógrafa se retirará, habiendo transmitido lo que sabe, y los bailarines y bailarinas se convierten en los protagonistas.
Y qué nos aportará?
Ante tareas complicadas como combinar un trabajo con buenos resultados productivos y tener cuidado de personas usuarias con complejidades diversas, son necesarios dos pilares básicos: aprender y compartir.
Ninguno de estos pilares se construye rápidamente, ni tampoco de una manera fácil. Deben ser pilares sólidos, que a menudo soportarán mucho peso, que deberán resistir el paso del tiempo y numerosos embates imprevistos.
Debemos aprender conectando la teoría y la práctica. Aprender también a dudar ya cambiar de opinión o de estrategia sin miedo ni vergüenza. Aprender a ser flexibles y humildes, porque nunca lo sabremos todo. Aprender a ser coherentes, que es nuestra herramienta imprescindible.
Saber compartir pasa por aceptar que somos vulnerables, y por tanto, que nos necesitamos unos a otros. Compartir es tener los oídos y la mente abierta para recoger las ideas de otro, aunque sean diferentes de las mías. Compartir es, también, respirar aliviado cuando podemos repartir un peso demasiado grande para nuestros hombros.
para terminar
No quiero caer en un idealismo vacío. Todas las personas y todos los equipos tienen problemas, pasan momentos complicados, sufren pérdidas y viven cambios. La ventaja de tener una panorámica de gran angular me permite evaluar con perspectiva todos estos años, y la valoración es claramente positiva. Un gran número de usuarios y sus evoluciones, da buena cuenta de ello.
Son muchas horas de escuchar y compartir la difícil trabajo diario. De observar la dedicación, el entusiasmo y el deseo de superación de los profesionales del Vivero. Es por ello que este camino iniciado hace más de 20 años, que me ha aportado momentos de emoción y de respeto hacia los compañeros de viaje, deseo que siga adelante.