Los beneficios de la contratación de personas con discapacidad son muchísimos, muy diversos y pueden aportar un valor añadido importante a las empresas, distinguiéndolas así de su competencia y mejorando su posicionamiento en la sociedad.
En primer lugar, hay que destacar los beneficios económicos, que son aquellos que generalmente son más conocidos. Las diferentes administraciones públicas "premian" la contratación de personas con discapacidad como medida de impulso. Entre estas destacan las ventajas fiscales que se materializan en forma de bonificaciones en las cuotas de la seguridad social, que van desde los 3.500 € y pueden ascender hasta más de 6000 €, dependiendo del grado de discapacidad, género y edad del trabajador, a Además del tipo de contrato y jornada laboral. También existe una deducción del Impuesto de Sociedad de 6.000 € en la cuota íntegra por persona contratada. A nivel legal, es importante tener en cuenta que según la Ley General de Discapacidad (LGD), las empresas públicas y privadas de 50 o más trabajadores tienen la obligación legal de contratar a un número de personas con discapacidad que represente, como mínimo , el 2% de la plantilla.
La contratación de personas con discapacidad es una apuesta rentable y una inversión a corto y medio plazo. Pero su rentabilidad no se limita únicamente a los aspectos económicos mencionados, sino que también presenta una serie de ventajas en el ámbito laboral. Por un lado, podemos mejorar la reputación de la empresa, su posicionamiento en su entorno: de esta manera, las empresas pueden mostrar su vertiente más humana y su grado de compromiso con la Responsabilidad Social Corporativa y, en definitiva , con la sociedad. Esta contribución no es gratuita, ya que esto contribuye al desarrollo socioeconómico de área de donde está ubicada y retorna, a medio-largo plazo, hacia la empresa en beneficios tanto sociales como económicos. Por otra parte, mediante la incorporación de personas con discapacidad, las empresas pueden fortalecer sus valores corporativos, sobre todo aquellos relacionados con el respeto, la diversidad y la inclusión. Esto ayuda a crear un mejor clima laboral, a que los trabajadores se sientan más identificados con los valores de empresa y tengan un mayor grado de compromiso. Incorporar personas con discapacidad también promueve la rotura de los estereotipos y prejuicios que normalmente se tienen sobre este colectivo (bajo rendimiento, mayor absentismo laboral, etc.) y que no son ciertos, y también hace que los trabajadores se sensibilicen frente a la discriminación . Pero las ventajas no acaban aquí. Las personas con discapacidad aportan un valor añadido, ya que pueden desarrollar con especial destreza ciertas funciones especializadas y no se debe menospreciar sus habilidades. Además, a nivel actitudinal, suelen presentar una alta motivación laboral y una alta capacidad de superación y de orientación al reto, muchas ganas de aprender, de comprometre'sid'integrar a, debido a las dificultades con que se encuentran en muchas ocasiones.
En definitiva, la contratación de personas con discapacidad es una apuesta segura de futuro para ayudar a construir un tejido empresarial más cercano a las necesidades sociales y para crear una sociedad más inclusiva y más justa, donde todos puedan desarrollarse como persona y donde el trabajo sea una herramienta transversal para trabajar este crecimiento personal.